lunes, junio 06, 2005

Síndrome del Adolescente Persistente

El adolescente persistente se caracteriza por su manera facilona de ver las cosas. Usualmente molesta con su aparente buen ánimo, su palabrería innecesaria escasa de razón y su mucho ruido. Sus risotadas nos hacen evocar la sobriedad y elegancia de la sonrisa. Prefiere hablar, a pesar de tener alguien con quien conversar; muy probablemente le incomoda el silencio.

Se le puede oír diciendo cosas como que no cree en el psicoanálisis o la estadística. Seguramente escribe mal y comete los mismos errores ortográficos una y otra vez. Confunde lo simple con lo sencillo y lo grandote con lo grandioso.

Si lee, lee poco; pero frecuenta a Cortázar, García Márquez, Benedetti, Galeano, Neruda, Saramago, Vázquez Montalbán, Sabines, José Agustín o Volpi. No es extraño que le gusten las cancioncitas de Joaquín Sabina, Fernando Delgadillo, Miguel Bosé, Alejandro Sanz, Ana Belén, JM Serrat, Silvio Rodríguez, Alejandro Fernández, Buena Vista Social Club, Manu Chao o algún otro ingenuo del world beat. Además, fantasea con parecerse a personajes de películas como Amelie... aunque sea en lo tonto. Es, pues, partícipe permanente de los entusiasmos de la mayoría en productos artificiosos, limitados, simples, baratos y mal hechos.

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