Lo primero que me llamó la atención en el concierto de “Paté de Fuá” fue el público. Eufórico. Entregado aún antes de que sonará el primer acorde. ¿Inmerecido? Sí, sin duda.
También me provocaron curiosidad las expresiones de gozo dirigidas a los músicos, “¡Venga Lurie!”, y a la banda, “¡Venga Paté!”; ambas repetidas ad nauseaum con creativas variaciones.
La música de “Paté de Fuá” me gusta, sobre todo las canciones en las que no hay voz. Me agradan el tono y el ritmo. Creo que pueden ser propicias para trabajar, como música de fondo.