martes, enero 11, 2005

Sentimientos como el rencor o la envidia han sido tradicionalmente censurados. Esto, obviamente, ha sido una actitud equivocada.
Hace falta una reivindicación de ambos como motivaciones para el actuar, sin importar en qué consista. Es preciso fomentar el rencor y la envidia como estímulos del hacer, como motivaciones principalísimas para alcanzar metas, cualesquiera que éstas sean.

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