sábado, diciembre 22, 2007

Stevenson: una especie de amistad reconocida por la policía


Nací 84 años después de la muerte de Stevenson; sin embargo, lo que escribe en sus ensayos y cuentos se refiere con frecuencia a asuntos que me ocupan con alguna cotidianeidad. La manera de plantear sus temas e intentar solucionarlos, o bien, la de presentar escenarios con arreglos diversos no sólo es amena, sino ingeniosa. Entretenida y curiosa por decir lo menos.

En esta ocasión comparto algunas proferencias sobre el matrimonio tomadas de “Virginibus puerisque”. Tal como lo exige el canon del buen ensayo literario, tienen la cualidad del aforismo per se. Juzguen ustedes.


“El matrimonio es aterrador, pero tan aterradora es una vejez fría y solitaria. Las amistades con otros hombres son agradables en alto grado, pero muy inseguras.

“El matrimonio es, ciertamente, un peligroso remedio; nuestra felicidad se basa ya, no en dos o en tres, sino en una sola vida.

“Pero el matrimonio, si bien es verdad que es bastante cómodo, no es, en modo alguno, heroico. Pues en verdad merma y apaga el espíritu de los hombres generosos. En el matrimonio, el hombre se hace flojo y egoísta, y sufre una adiposa degeneración de su ser moral.

“Veinte años atrás este hombre habría sido igualmente capaz de crimen que de heroísmo; hoy es incapaz de lo uno y de lo otro. Su alma está dormida, y podéis hablar sin bajar la voz: no hay miedo de que despierte.

“Algunas de las mujeres más femeninas y de mejor humor son viejas solteronas.

“Un marido oye, después de casado, que un pobre diablo se muere de amor por su mujer. ‘Qué lástima –exclama-; a mí me hubiera sido tan fácil encontrar otra’.

“Sospecho que el amor es una pasión demasiado violenta para poder ser, en la mayoría de los casos, un buen sentimiento doméstico.

“Casi está uno tentado a insinuar que, después de todo, no importa mucho con quien nos casemos; que, realmente, el matrimonio es una afección subjetiva y que, si ya lo hemos discutido suficientemente con nosotros mismos y nos hemos hecho el ánimo a él, podemos 'apechugar' con cualquiera.

“...el matrimonio en su nivel más bajo, aún cuando le consideremos no más de una especie de amistad reconocida por la policía...

“El matrimonio se parece a la vida en esto: es un campo de batalla y no un lecho de rosas.”

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