sábado, abril 03, 2010

14

Más o menos desde marzo de 2009, todas las noches sueño lo mismo. Cuando digo lo mismo, no exagero ni hago reducciones: las escenas son exactas en su secuencia, duración y colorido.

A mí, que estoy más cerca de la narcolepsia que del insomnio, cientos de noches de soñar lo mismo provocaron que pierda el gusto por dormir: se necesita un mínimo de novedad hasta para entregarse al descanso, y es que el problema no es que me agobie un mal sueño, una pesadilla angustiosa de la que despierte con los ojos desorbitados y el corazón a punta de salírseme; no. Es más bien un sueño insulso con una anécdota muy simple: en cuanto caigo dormido me veo ante el espejo del botiquín, saco la lengua, me lavo los dientes, me ducho, me visto, desayuno, voy a la oficina, regreso a mi casa, ceno, me siento a leer, luego escribo, me acuesto y en ese instante despierto a este mundo con una espantosa sensación de fastidio que me dura todo el puto día.

Expuse mi problema a especialistas. Quiero decir que he gastado en inútiles consejos una buena suma, pero mi problema sigue igual. Creo que tendré que encariñarme con mi sueño, tal y como lo he hecho con mi vida.

2 comentarios:

Manuel dijo...

14, Un recuerdo no se le niega a nadie, Óscar de la Borbolla.

mariana m* dijo...

El tuyo, es uno de los blogs más raros que he visitado. Por ello, consideraría, debería ser un blog de culto. Una joya de blog. Me quito el sombrero, sinceramente he de decir. Nunca es tarde.