Cuando Bauer asesina a
la mujer que, a su vez, fue culpable de la muerte de la que él amaba. No todas
las ocasiones en que esto sucede, que son numerosas a lo largo de la serie,
sino sólo la de la última temporada.
El momento que me
conmueve inicia cuando Bauer, después de varias persecuciones, alcanza a la
villana y la domina físicamente. La caza, por decirlo de alguna manera. Está –por
fin- a punto de asesinarla. Ella intenta negociar, le ofrece cosas que él, incólume,
rechaza. Al final, ella pregunta, palabras más palabras menos, “entonces qué
quieres, qué puedo darte”, Bauer –desolado, serio, agobiado, seco- responde:
“nothing, nothing”. La asesina.
Es una escena muy
convencional, más o menos repetitiva a lo largo de las temporadas, no
particularmente bien actuada y narrada de manera estándar… pero me impresiona.
La recuerdo con sorpresa. No, es más bien estupefacción. Asombro.
Creo que lo que
provoca mi impresión es la identificación en Bauer de cierta mezcla de “amor”
fuerte con una pareja a la que perdió irremediablemente, más una frustración
inmanejable.
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